Hemos exigido al Gobierno de Asturias y a la Delegación de Gobierno que se tomen medidas decididas para que se deje de propagar el Plumero de la Pampa en las labores de limpieza.
Hemos comprobado, para nuestra sorpresa, que en estas fechas de septiembre las administraciones están procediendo a desbrozar numerosas carreteras y vías de tren de Asturias, zonas con una abundante presencia del plumero de la pampa o “Cortadeira selloana”.
Durante los meses de septiembre y octubre los penachos de plumero contienen semillas altamente invasoras por lo que es importante no tocar, coger o desbrozar las flores para evitar así la posible dispersión de las semillas en el medio natural, por lo que no entendemos que se estén realizando ahora unas labores que favorecen la propagación de esta especie invasora.
Hay que recordar que de forma habitual es en el mes de agosto cuando los penachos de flores comienzan a crecer y a ser fecundados y es en este momento, cuando aún no tienen semillas maduras, cuando deben ser cortados. Las flores, además, deben introducirse en una bolsa cerrada dentro de un contenedor para evitar su dispersión.
El plumero presenta un carácter invasor y su presencia representa un riesgo potencial para el mantenimiento de zonas naturales. El problema específico causado por estas plantas es la reducción de la diversidad biológica (hábitats y especies) a través de la exclusión de la vegetación nativa: colonizan hábitats abiertos estableciéndose como especie dominante. En terrenos que han sufrido cambio de uso del suelo, la colonización por estas especies provoca el desplazamiento de las autóctonas con la consecuente pérdida de biodiversidad.
Las semillas del plumero son dispersadas por el viento hasta cerca de 30 kilómetros de distancia. Es una especie dioica, al contrario que la mayoría de las componentes de la familia botánica a la que pertenece, es decir, los sexos están separados existiendo plantas masculinas y plantas femeninas, siendo éstas las que desarrollan los plumeros más llamativos. No es muy exigente en la calidad del suelo, encontrándose cómoda en un pH comprendido entre 6 y 7,5, ni en textura, ni en su contenido en nutrientes, pudiendo colonizar casi en su totalidad terrenos baldíos, muy alterados y removidos por grandes obras de infraestructura, donde otras especies encuentran dificultad de asentamiento, haciendo progresar su sistema radicular a más de un metro de profundidad. Toleran los periodos de sequía, soportan temperaturas por debajo de los -15ºC y por si fuera poco, rebrotan con renovados bríos después de un incendio. Todo un peligro.
Es necesario que se pongan en marcha todas las medidas necesarias para evitar la proliferación de los problemas asociados a las especies invasoras, que viene siendo una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en Asturias.
COORDINADORA ECOLOXISTA D’ASTURIES