Informe Comisión de biomasa

INFORME

 

PRESENTADO POR LA COORDINADORA ECOLOXISTA D`ASTURIES

 

 

1.- ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN ACTUAL.-

 

1.a).- OFERTA.- En Asturias la elasticidad de la oferta es sensible no solo al precio del combustible biomasa fijado por el actual mercado, aproximadamente cinco veces más barato que los sustitutivos fósiles, sino que se ve condicionada positivamente por las líneas de financiación para la instalación de calderas de biomasa, y negativamente por la escasa promoción del producto.

El objetivo de autoabastecimiento de Asturias de materia prima de forma que se cubra la demanda generada por las empresas transformadoras con sede en la región no se está cumpliendo, toda vez que a las mismas no les resulta rentable la adquisición de subproductos de aprovechamientos de cortas ni sacar del monte masas arbustivas cuya extracción mecánica podría considerarse beneficiosa para el medio ambiente en el sentido de evitar la propagación de incendios forestales y la perpetración de este delito por la motivación de generación de pastos, además de evitar las emisiones a la atmósfera de CO2 proveniente tanto de los incendios forestales como de las quemas controladas realizadas por la propia Administración del Principado para la eliminación del exceso de masas arbustivas y conservación de los pastizales. Supone un freno a este aprovechamiento la complicada orografía de la región y la deficiencia de las infraestructuras, lo que eleva los costes de la extracción, siendo más rentable a las empresas transformadoras adquirir la materia prima del exterior por compra directa de la misma a medio de importaciones. Se apunta desde esta representación que, si la Administración pública supliera el déficit de organización logística, podría solucionarse este problema de falta de rentabilidad de la obtención de materia prima regional y al mismo tiempo dar cumplida respuesta a la evitación del elevadísimo número de incendios que registra nuestra región año tras año, fomentando al mismo tiempo su inserción en los planes regionales de fomento de política forestal que permitan la concepción rural de un nuevo aprovechamiento alternativo a la quema de matorral en la obtención de biomasa dando cabida a las iniciativas de carácter local que pueden jugar un importante papel en el desarrollo rural, fomentando el empleo y el trabajo de cooperativas agrícolas locales.

 

2.a).- DEMANDA.- La demanda de combustible para producir calor viene determinada por la efectiva instalación en los edificios de calderas de especializadas en la combustión de biomasa que demanden este tipo de combustible. Las iniciales obras de acondicionamiento y la referida instalación de calderas vienen suponiendo una inversión económica inicial que tiene un retorno seguro debido al precio actual de los combustibles fósiles, mucho más elevado que el de la biomasa.

En Asturias se han llevado a la práctica escasas iniciativas de instalación de calderas en comunidades de propietarios. Sería conveniente que se promoviera la instalación en redes de calor y uso colectivo, en instalaciones domésticas de uso individual y en otro tipo de edificios como en residencias de la Tercera Edad, en grandes centros comerciales o como ya se ha hecho en el Hospital del Oriente de Asturias y en sedes de Ayuntamientos y otras sedes propias de la Administración pública. En cuanto a la oferta de turismo rural, entendemos que es un valor añadido que la misma se haga incluyendo este tipo de instalación en las casas rurales, pues la clientela de las mismas suele estar concienciada con la necesidad de la conservación de la Naturaleza.

 

 

2.- PROMOCIÓN DE LA BIOMASA. VENTAJAS Y FORMAS DE DIFUSIÓN.

La promoción de la biomasa como combustible para la producción de calor debe estar orientada a informar sobre las ventajas que ostenta frente a los otros combustibles de origen fósil dentro de la política de energías renovables. Al margen de la clave económica y de la diferencia entre los precios de este combustible y los de origen fósiles, se ha de señalar que los consumidores de este tipo de energía calorífica pueden encontrar en este producto otras ventajas, ya que la combustión de biomasa y su almacenaje no produce olores, su utilización elimina el riesgo de explosiones, al ser un combustible no inflamable, y es energía calorífica limpia, pues su utilización contribuye a reducir la emisión a la atmósfera gases de efecto invernadero que inciden en el cambio climático. A ello se ha de añadir que, en tanto no se reduzcan los consumos internacionales de crudos, dejarán de transitar con tanta frecuencia por los mares buques susceptibles de provocar mareas negras como la que sufrió la costa asturiana con el hundimiento del buque Prestige.

Pero el Principado no puede dar este impulso público a la utilización de la biomasa sin haber articulado previamente una política forestal adecuada a la concreta explotación de los montes, preservando a los mismos de la deforestación en que pueda derivar el exceso de demanda. Entendemos que toda promoción que vaya tras el objetivo de la inclusión de la biomasa energética y calorífera en el mercado del combustible debe tener por norte aumentar su eficiencia sin que sea a costa de explotaciones forestales ilegales y abusivas que esta alternativa a la energía fósil puede suponer. El consumidor ha de tener información veraz y clara de las repercusiones ambientales y sociales de su opción energética.

A lo anterior se ha de añadir que el grado de autoabastecimiento energético de Asturias aumenta cada año y una de las razones que influyen en ello es el descenso de la producción de carbón regional, lo que implica un aumento en el grado de dependencia energética. Si a ello se une que Asturias emite más de quince millones de toneladas de CO2 al año solo procedente del sector industria (sin incluir el residencial y el del transporte) porque el parque de producción eléctrica está basado principalmente en la combustión de carbón y existe en el territorio una potente industria primaria (siderurgia, cemento, papel), la efectiva implantación de la producción energética con biomasa supondría no solo rebajar el porcentaje de emisiones de gas efecto invernadero de la región, sino la posibilidad de obtener réditos con la venta a las instalaciones deficitarias de los correspondientes derechos de emisión, que podrían ser incluso exportados. El mecanismo de flexibilidad que introdujo el protocolo de Kyoto dispone que cada una de las instalaciones reciba un determinado número de derechos de emisión a través de Planes Nacionales de Asignación, y si las emisiones de estas instalaciones son superiores a la asignación, deben recurrir al mercado para comprar esos derechos de emisión. Hasta la fecha Asturias es compradora de esos derechos de emisión, cuando debiera ser vendedora en el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión con la implantación de instalaciones de energías renovables. Las instalaciones que utilizan combustible biomasa procedente de industrias agrícolas y forestales tienen emisiones de CO2 nulas, así que pueden vender su asignación.

 

 

3.- CULTIVOS ENERGÉTICOS.-

Concretar lo que entiende el Real Decreto 661/2007 por “CULTIVO ENERGÉTICO” no es solo una cuestión de gramática, sino que, de su grado de concreción depende el destino de las primas a los productores y una mayor o menor distorsión en el mercado condicionado por esta determinada ayuda al sector de las energías renovables. El sistema de primas ha resultado adecuado para algunas tecnologías, pero no ha sido así para la biomasa de origen forestal porque, mientras que para la mayoría de las fuentes de energía renovables, los costes de los combustibles son nulos (eólica o solar), para el caso de la biomasa forestal representan un porcentaje alto del coste privado total. No se ve viable la obtención de biomasa residual del monte, por lo ya referido. Es cierto que la prima al cultivo energético de la producción pretende asegurar el suministro constante a la planta energética, y por ello no puede hacerse sobre la base de sacar del monte los sobrantes de explotaciones o de limpiezas, porque ese suministro no asegura la continuidad en el suministro de materia prima ni la calidad homogénea de la misma. La banca no financia una producción de energía que no tenga suministro asegurado de materia prima. Así que, el problema para el medio ambiente empieza y termina por el concepto de “cultivo energético”, y se dan los siguientes riesgos:

*.- EL SUELO.- Si se entiende que la plantación es un cultivo, se realizaría sobre suelo agrícola, no en terreno forestal, por lo que Montes no tendría nada que regular. Ante esta falta de supervisión administrativa, se ha de alegar que, siempre que lo que se cultive sean especies arbóreas, se estaría hablando de suelo forestal (según la descripción de monte que hace la Ley estatal y autonómica), y al menos así se asegura que se tenga que someter a autorización administrativa toda explotación de cultivo energético.

*.- LAS ESPECIES ARBÓREAS.- El productor es el que recibe la prima y además, para que le salga rentable, elegirá especies de rápido crecimiento y someterá la plantación a turnos cortos y altas densidades, lo que puede provocar la degradación continua de reserva de nutrientes y empobreciendo el suelo. Si esto se deja al dictado del mercado y de la demanda, puede ocurrir que muchos de los montes en Asturias pierdan calidad del suelo y se transforme el paisaje. Los estudios de productividad de las empresas van en la dirección de la introducción de especies alóctonas que soporten las condiciones climáticas y la explotación intensiva a la que se tienen que someter, especies diferentes a las que tenían interés para la producción de madera o papel. En todo caso se debe evitar la proliferación de la vegetación exótica en detrimento de la autóctona.

*.- EL BALANCE ENERGÉTICO POSITIVO.- Se tiene que extraer de la plantación más energía que la que se invierte en el cultivo mismo. Esto lleva a que el productor concentre el recurso en terrenos cercanos a la planta de energía y que utilice maquinaria y técnica distinta a la tradicional de selvicultura que puede considerarse dañina.

 

 

 

 

3.a).- PROPUESTAS.-

 

La definición de cultivo energético debe incluir la producción forestal no comercial de fuentes indirectas (residuos de cortas madereras y limpieza de montes y caminos de matorral) en identidad de apoyo económico a las plantaciones destinadas a este específico uso energético. Sólo así podrán vencerse las dificultades técnicas y financieras existentes en la actualidad.

Desde la visión de las mercantiles, tras el análisis pertinente de costes y beneficios, no se consiguen ingresos que compensen los costes privados de la extracción del monte de matorral y de la retirada de residuos de los aprovechamientos madereros, sin embargo corresponde al Gobierno del Principado incluir en este análisis económico numerosos costes ambientales y otros evitados. Con respecto al primero de los aspectos, se ha de tener en cuenta la realidad de Asturias en donde los daños ambientales producidos por los incendios forestales son de una especial virulencia y agresividad e implican el empobrecimiento y la erosión de los suelos, la contaminación ambiental y atmosférica (y la contribución al cambio climático que ello supone) y la destrucción de los ecosistemas. Asturias es la región de España que ostenta el índice más elevado de incendios producidos por cada 10.000 hectáreas de superficie (según el MAAMA) y la inmensa mayoría de incendios forestales tiene su motivación en la generación de pastos. Por otro lado los costes evitados al Principado en partidas como la de extinción de incendios forestales y trabajos de prevención de los mismos tienen que reflejarse en el referido análisis de viabilidad económica para las empresas que se dediquen a obtener dicha materia prima de los montes. No se trata pues de que el Principado emita una línea de subvención, sino solo una reasignación de los presupuestos en función de los costes ambientales que suponen los cultivos energéticos intensivos y los gastos evitados y el ahorro que en las partidas destinadas a la prevención y extinción de los incendios forestales. Esto no supone contravenir el destino de la prima, que debe ser contemplada en toda circunstancia, de este modo se atiende a objetivos de política económica pero también medioambientales.

 

 

3.b).- ESPECIES SUSCEPTIBLES.-

 

3.c).- DENSIDAD.-

 

3.d).- TURNOS DE CORTA.-

 

3.e).- TERRENOS, LIMITACIONES.-

Las autorizaciones administrativas para los cultivos energéticos deben llevar aparejado el cambio de uso del suelo de agrícola a forestal. Esta situación posibilita la supervisión de la Administración pública y garantiza, en teoría, la sostenibilidad de la actividad económica.

La ubicación de las plantaciones intensivas no debe dejarse a la libre voluntad de los productores ni tampoco la de las plantas energéticas a la libre voluntad del titular de la instalación. Aunque la combustión de biomasa es limpia, ni su producción ni su utilización es inocua. Sobre el territorio del Principado de Asturias se encuentran cerca de trescientas mil hectáreas incluidas en la Red regional de Espacios protegidos, y muchas de las superficies forman parte de la Red Natura 2.000 y están declaradas LIC y ZEPA. La utilización de herbicidas o productos fitosanitarios para evitar los ataques de fitófagos y facilitar la mejor producción de los cultivos energéticos puede suponer un perjuicio a estos espacios por la fragilidad de los mismos, si las referidas plantaciones intensivas se ubican en terrenos aledaños y puedan afectar a la continuidad de los ecosistemas protegidos.

 

 

 

3.f).- DOCUMENTOS DE PLANIFICACIÓN TÉCNICA A LARGO PLAZO.-

El cambio en el uso agrario de los terrenos en Asturias se debe a la transformación de la sociedad agraria tradicional asturiana que implica el abandono de los terrenos de cultivo paralelo al incremento en la superficie dedicada a prados y pastizales. La planificación debería tratar de recobrar aquellos terrenos de pastizal ganados a los de cultivo, pero no a terrenos forestales que pueblan especies autóctonas en masas forestales bien conservadas que forman parte de ecosistemas concretos. Para ello se ha senior la dirección que impone el Plan Forestal según el diagnóstico que ofrece el Inventario Forestal Nacional para en Principado de Asturias, teniendo en cuenta la tendencia al descenso de las precipitaciones medias anuales registrado en Asturias según el Sistema Español de Información sobre el Agua y la Agencia Estatal de Meteorología.

 

 

4.- SISTEMAS DE CONTROL. GESTIÓN FORESTAL SOSTENIBLE.-

Si, como se prevé, la demanda energética seguirá subiendo y si se pretende conseguir los objetivos que impone la realidad del cambio climático, las iniciativas destinadas a asegurar que la producción de energía no libere a la atmósfera gases de efecto invernadero no pueden traducirse en pérdidas de carbono terrestre debidas a la tala de los bosques, ni a la posibilidad de atraer enfermedades a las masas forestales debidas la importación de especies alóctonas cuyo cultivo energético intensivo precise la utilización de productos fitosanitarios que puedan perjudicar a la salud de las especies autóctonas, de los animales y de las personas, ni suponer la deforestación por el agotamiento de las reservas agua.

Además de la obtención de la certificación en cadena de custodia PEFC y EN plus, se debe extremar el celo auditor y supervisar la realidad de las referidas certificaciones.

 

5.- PROPUESTAS DE INSTRUMENTOS PARA LA GESTIÓN DE LA BIOMASA NO RENTABLE.-

La gestión de este tipo de biomasa compete al Principado desde el momento en que tiene encomendada la labor de autorizar quemas controladas o desbroces en terrenos desarbolados. Si el sistema de primas puede resultar adecuado para los cultivos energéticos, se debe remunerar la obtención de beneficios externos y los daños evitados creando una transferencia económica de las partidas destinadas a la prevención y la extinción de incendios forestales para el pago por hacer viable la recogida de la biomasa en as superficies forestales abandonadas a un catastrófico ciclo incendiario. Para ello es necesario diseñar medidas de ayuda indirectas y complementarias a las primas y al abono directo del producto, pues la retirada de residuos del monte genera importantes beneficios que deben ser internalizados. Toda acción será revalorizada con tal de que se atienda a este recurso no gestionado y abandonado en nuestros montes a un reiterado ciclo incendiario.

En Asturias hay un precedente en la Planta de tratamiento de Residuos Ganaderos en Cabrales que se construyó con objeto de paliar la problemática ambiental por la continua eliminación irregular de residuos ganaderos que eran vertidos a los ríos, algunos inclusos en el Parque Nacional de los Picos de Europa, siendo el objetivo someter a un proceso de compostaje el estiércol que se recogía en contenedores ubicados en varios núcleos del concejo. Con similar logística podría recogerse la biomasa no rentable en contenedores en cantidades disponibles para la recogida de las empresas transformadoras. Así no solo se permite y se facilita que los propietarios forestales obtengan complementos de rentas al lograr valorizar la biomasa procedente de los trabajos silvícolas y de restos de corta que no se están aprovechando en las cadenas ordinarias de transformación de madera, sino que todos los trabajos de desbroces de la propia Administración y particulares puedan someterse a una primera transformación que permita su reutilización posterior.

Puesto que las empresas dejan fuera del análisis de costes y beneficios los numerosos costes ambientales, corresponde al Principado valorizar los que se ahorran en al gasto público y en concreto, en las partidas destinadas a los trabajos de prevención de incendios y de extinción de los propagados.