Este fin de semana estuvo la estación del Valle del Lago en Somiedo con una situación regular por este contaminante. Esta es una de las dos estaciones que miden la contaminación de fondo que hay en Asturias. La otra se encuentra en Llanes y de esta última el Principado no facilita datos.
Con estos valores de contaminación, en base al Índice Nacional de Calidad del Aire, publicado en la web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para el ozono, la población mas sensible puede experimentar efectos negativos en su salud, así como en aquellos grupos de riesgo efectos mucho más serios.
El ozono se considera un contaminante ambiental, ya que a elevadas concentraciones puede provocar daños en la salud como irritar el sistema respiratorio, agravar el asma y las enfermedades pulmonares crónicas, reducir la función pulmonar y disminuir la esperanza de vida. La ola de calor estival que experimenta toda Europa ha disparado la contaminación por ozono en gran parte del Viejo Continente por encima de los valores fijados por las normas europeas de calidad del aire ambiente.
Uno de los efectos del ozono sobre la salud es la inflamación de las vías respiratorias, que sumada al estrés térmico del verano, puede crear condiciones críticas, especialmente para quienes ya padecen enfermedades. Además de los efectos adversos sobre la salud humana, las concentraciones de ozono en superficie también tienen efectos nocivos sobre la vegetación y los ecosistemas y pueden afectar gravemente al rendimiento de los cultivos y ser responsables de la pérdida de biodiversidad.
Los episodios de altas concentraciones de ozono en superficie están influidos por las emisiones de precursores y por las altas temperaturas y la radiación solar, por lo que podrían ser más frecuentes con el aumento del número de olas de calor y el aumento de las temperaturas motivados por el cambio climático.
Otra característica del ozono es su larga vida en la atmósfera, por lo que los niveles del ozono en algunas zonas también se ven influidos por el transporte a larga distancia de la contaminación atmosférica. El ozono troposférico aumenta en mayores cantidades por medios artificiales convirtiéndose en un contaminante tóxico. A diferencia de otros contaminantes que son emitidos directamente por sus fuentes, el ozono es un contaminante tipo secundario, es decir, no es emitido directamente a la atmósfera, sino que se produce en ella a partir de hidrocarburos (compuestos orgánicos volátiles), metano, monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno que reaccionan con la radiación solar. Sus niveles son superiores en las periferias de las ciudades y en las zonas rurales porque la reacción fotoquímica necesita una cierta distancia para generar O3 a partir de sus precursores.
Debido a la situación de urgencia climática en la que nos encontramos, conocemos mejor, tanto las fuentes de emisión de la contaminación atmosférica, como la contribución de los contaminantes del aire a la carga mundial de morbilidad. La omisión de responsabilidades ante este problema de salud pública y la falta de un protocolo de actuación es una actitud injustificable.
COORDINADORA ECOLOXISTA D´ ASTURIES
Para más información tfno 629892624 (Fruti)