
Se talaron los acacias (Robinia pseudacacia) en la calle la Camara, es cierto que es una especie invasora que allí había puesto el Ayuntamiento. Lo que no es normal es que esta tala se produzca en plena época de cría de aves incumpliendo el marco legal.
Hay que recordar que según la ley 42/2007 del patrimonio natural y de la biodiversidad “está prohibido dar muerte, dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres, sea cual sea el método o la fase de su ciclo biológico”. Esta prohibición también incluye, por supuesto, la fase de reproducción de las aves, por lo que no debería permitirse la tala o la poda de árboles en la temporada de reproducción de la mayoría de las aves (primavera y verano).
Esperemos que ese celo que tiene el Ayuntamiento de Avilés con las especies invasoras, también lo aplique al plumero de la pampa que nos tiene invadido todo el concejo y las plantaciones de eucaliptos, que ocupa los pocos montes del concejo, también hay sitios como el Pepa donde se hay plantado Aliantos, también especie invasora y con un carácter colonizador, que no tenían las acacias de la calle la Camara que estaban limitadas.
Los árboles en las ciudades desempeñan un papel importante generando sombra y un aumento de la biodiversidad urbana, proporcionando plantas y animales con un hábitat, alimentos y protección favorables. Por eso nos alarma los muchos árboles que se talan en Avilés en zonas urbanas.
Además de la sombra reduciendo el efecto “isla de calor”, enfriando las calles entre 2 y 8 grados (respecto al calor generado por el asfalto y otros materiales), un árbol maduro puede absorber hasta 150 kg de CO2 por año, desempeñando un papel importante en la mitigación del cambio climático. Especialmente en ciudades con altos niveles de contaminación como es la nuestra, los árboles mejoran la calidad del aire, haciendo que las zonas urbanas sean más saludables para vivir.
Los árboles son excelentes filtros para contaminantes urbanos y partículas finas. Absorben los gases contaminantes (como el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno, el ozono y los óxidos sulfurosos) y filtran partículas finas como el polvo, la suciedad o el humo del aire atrapándolos en las hojas y la corteza.
Como muchos estudios indican, vivir cerca de espacios verdes urbanos y tener acceso a ellos puede mejorar la salud física y mental, por ejemplo, al disminuir la presión arterial alta y el estrés. Esto, a su vez, contribuye al bienestar de las comunidades urbanas.
Una ciudad con una infraestructura verde bien planificada y bien administrada, se vuelve más resistente, sostenible y equitativa en términos de nutrición y seguridad alimentaria, alivio de la pobreza, mejora de los medios de vida, mitigación y adaptación al cambio climático, reducción del riesgo de desastres y conservación de los ecosistemas. A lo largo de su vida, los árboles pueden proporcionar un paquete de beneficios que vale entre dos y tres veces más que la inversión realizada para plantarlos y cuidarlos.
Colectivo Ecologista de Avilés
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