Los grupos ambientales abajo firmantes queremos trasladar nuestra oposición a la gestión que están haciendo el Principado con el Lobo. La ultima es el anuncio de la actual Viceconsejería de Medio Ambiente ha autorizado que se lleven a cabo batidas de lobos en los montes de Villardecendias a las puertas de la Reserva de Muniellos en el concejo de Ibias, ante una “supuesta concentración de daños” (no conocemos la cuantía de los daños, ni la gestión ganadera que se esta haciendo, como se maneja el ganado, que medidas preventivas se realizan, etc.), es el último episodio de esta mal llamada gestión de la especie. Parece que cualquier daño, de cualquier tipo y cualquier “ganadero” se va traducir en ejecuciones de lobos. No hace falta Plan de Gestión para este despropósito que trata de camuflar bajo el eufemismo de gestión.
Los grupos ambientales abajo firmantes queremos trasladar nuestra oposición a la gestión que están haciendo el Principado con el Lobo. La ultima es el anuncio de la actual Viceconsejería de Medio Ambiente ha autorizado que se lleven a cabo batidas de lobos en los montes de Villardecendias a las puertas de la Reserva de Muniellos en el concejo de Ibias, ante una “supuesta concentración de daños” (no conocemos la cuantía de los daños, ni la gestión ganadera que se esta haciendo, como se maneja el ganado, que medidas preventivas se realizan, etc.), es el último episodio de esta mal llamada gestión de la especie. Parece que cualquier daño, de cualquier tipo y cualquier “ganadero” se va traducir en ejecuciones de lobos. No hace falta Plan de Gestión para este despropósito que trata de camuflar bajo el eufemismo de gestión.
También manifestamos nuestra oposición a que el control del lobo sea mediante el sistema de batidas, con la presencia de decenas de personas en ellas, demuestran la falta de rigor y de racionalidad por parte de la actual Viceconsejería de Medio Ambiente para controlar al lobo. La última batida conocida ha contado con la participación multitudinaria de “ochenta escopetas” de “cazadores y guardas” y ha resucitado lo peor de una sociedad que creíamos ya desterrado, con la participación impagable de la administración a cargo de la conservación de la naturaleza y el patrimonio natural de los ciudadanos. Con esta batida se vuelve a los tiempos oscuros en los que “las alimañas” eran abatidas con todo tipo de métodos y bajo cualquier pretexto. Parece que ahora toca volver a la sinrazón y la caspa de los peores años de décadas de persecución que creíamos superadas, aunque de triste recuerdo por las inefables Juntas de Extinción de Animales Dañinos.
El Plan de Gestión del Lobo en Asturias se aprobó por Decreto (155/ 2002, BOPA de 6 de diciembre) y como resumen de la ingente información disponible (bases de datos oficiales) se puede resaltar que ningún año el porcentaje de reses afectadas llegó al 1% de la cabaña ganadera (considerando sólo el “extensivo”), que el porcentaje de ganaderos afectados por daños ha oscilado entre un 4 y un 7 % (sin separar ganaderos a título principal de otros) y que los daños abonados supusieron el 0,86% de lo percibido en concepto de subvenciones (un 0,23% de lo que supone la renta agraria (datos del informe de 2005-2006), además de una escasa acogida a subsidios para medidas preventivas (cercados, etc.) por parte de los ganaderos. Con estos datos, hemos tratado de llamar la atención evidente de que los daños provocados por los lobos no son un problema regional ni la causa del declive de la ganadería, como vienen vociferando desde hace años algunos supuestos portavoces del sector ganadero. Con estos datos, incluso los vocales de los sindicatos ganaderos presentes en el Comité Consultivo del Plan de Gestión (constituido en noviembre de 2003) reconocieron que los problemas y la crisis del sector ganaderos son otros, de tipo estructural, y que nada o poco tienen que ver con la presencia de lobos y los daños que producen (aunque puntualmente, a ciertos ganaderos, pueda suponer un problema serio) (ver actas de las reuniones de Comité Consultivo).
Sin embargo, la actual administración asturiana ha aplicado a lo largo de 2008 un plan de control brutal, abatiendo según nuestros datos al menos 22 ejemplares en 2008, además de otros 6 muertos de forma ilegal. Y decimos según nuestros datos, porque a pesar de haber reclamado oficialmente los detalles y características de los lobos muertos (información a la que tenemos derecho por ley), todavía no se ha atendido a nuestra solicitud, cursada hace ya más de tres meses. Los controles de 2008 no tienen precedente desde la aprobación del Plan de gestión en 2002, porque en 2008 se han efectuado principalmente en época de cría (entre abril y julio se abatieron 16 ejemplares, entre ellos hembras gestantes) y han culminado en sendas batidas, una en noviembre con tres lobos muertos y, la última y más vergonzosa, en diciembre con otros dos lobos muertos.
Hemos de recordar que la actual administración dice aplicar varios criterios para aplicar controles de lobos, a saber, nivel de población de la especie, nivel de daños y un escurridizo argumento llamado “conflictividad social”. El nivel de daños no está disponible desde 2007 (al contrario de lo que ocurría entre 2003 y 2006 en los que las estadísticas eran claras y contundentes, como hemos apuntado antes) y no hay indicios de incremento de la población lobuna desde 2002 (datos oficiales). Sin embargo, la “conflictividad social” se ha convertido en el infame argumento para dar rienda suelta y atender las reclamaciones de ciertos portavoces ganaderos que, sin renunciar a pistas y subsidios para desarrollar la actividad, no escatiman amenazas y exabruptos para exigir el exterminio de los lobos que molestan en “sus” tierras.
En fin, malos tiempos que creíamos desterrados para una especie, y que irónicamente vienen ejecutados por una administración que usa la imagen del lobo en multitud de folletos publicitarios sobre los parques naturales y espacios protegidos de este peculiar y perverso Paraíso Natural que se llama Asturias. Una Asturias de paradoja y de pandereta, una Asturias donde por un lado andamos obsesionados con modernizarnos al tiempo que se llama “tradicional” a una actividad desarrollada con pistas indiscriminadas, vehículos todo-terreno y subvenciones, y por otro lado florece lo más rancio de la condición humana, tratando de extender la soberbia de nuestro dominio sobre la naturaleza hasta el fin. En definitiva, una Asturias de vergüenza.
Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico
Coordinadora Ecoloxista d’Asturies.
Plataforma para la Defensa de la Coordillera Cantábrica.
Colectivo Ecologista de Avilés
La Asociación Ereba, Ecología y Patrimonio.
Grupo Ecologista Cangues Azor.
Asociación Medioambiental Ecos Astures
Coordinadora Ornitoloxica d’Asturies
Para más información tfno 628096447 (Alberto Fernandez)