☠️ Sigue la lacra del veneno en los montes asturianos ☠️

Lobo joven abatido
Lobo joven abatido
Buitre envenenado
Buitre envenenado

 

Con los datos del Servicio de Vida Silvestre de animales confirmados como envenenados a lo largo del último año contabilizado, se han localizado cadáveres envenenados de milano real en Tineo, buitres leonados en Mieres, Quirós, Yernes y Tameza y Tineo, y perros de caza en Teverga (dos) más otro perro en Ponga, destacando un lobo muerto envenenado por estricnina en Teverga. 

Cabe señalar:

* El milano real es una especie en peligro de extinción, que tiene en Tineo su principal dormidero. La detección de un individuo muerto envenenado, y otro de buitre leonado que es también una especie carroñera de dieta similar, considerando que solo una pequeña parte de los animales muertos por veneno se encuentran, obliga a poner atención al impacto del veneno en esta especie gravemente amenazada en su principal bastión asturiano.

* El empleo actual de estricnina es alarmante, considerando que su ilegalización total en España fue en 1983 y es una sustancia prohibida en toda la Unión Europea desde septiembre de 2006, por lo que la existencia de su uso debería motivar una investigación por los cuerpos de seguridad y fiscalía.

* Conocemos que se ha encontrado un número significativo de tejones muertos sospechosamente, de los cuales varios con claros signos de envenenamiento. La inexistencia de alusión alguna en la información proporcionada indica que los tejones encontrados muertos no se están analizando, incluso ante claros signos de envenenamiento. La ausencia de análisis se excusa por ser una especie escasamente protegida, pero se está desperdiciando una oportunidad excepcional porque como carroñeros relativamente abundantes son excelentes indicadores, testigos o chivatos que alertan del uso de venenos que pasa fácilmente desapercibido y es un acto delictivo que debe ser investigado, perseguido y los delincuentes juzgados.

* La muerte de varios perros de caza en Teverga en la primera quincena de marzo en una cacería excepcionalmente tardía (la Disposición General de Vedas establece que las cacerías con carácter general acaban al finalizar febrero) señala que el envenenamiento se sincroniza con la caza para evitar causar perjuicio a la actividad cinegética mientras se busca exterminar la fauna silvestre.

Estos datos se suman a la muerte de dos osos por lazos (en Ibias y Belmonte), especie en peligro de extinción. Tanto venenos como lazos fueron ya declaradas prácticas ilegales en la Ley 2/1989 de caza en Asturias que ha cumplido 35 años, por lo que deberían haber desaparecido hace muchos años y resulta anacrónico que ocurran todavía actualmente.

Nos consta que en la zona que abarca los concejos mencionados aparecen, de manera recurrente y desde hace décadas, aves y otros animales salvajes envenenados sin que nadie haya sido condenado ni perseguido por este delito. Esta práctica delictiva afecta a especies protegidas como el oso pardo cantábrico, lobo o el águila real y tiene efectos negativos muy graves en el resto de la cadena trófica.

La Coordinadora Ecoloxista considera que la administración del Principado de Asturias no pone el empeño necesario en perseguir un delito tan grave como es el uso de venenos para matar a los animales que lamentablemente algunos siguen denostando con el calificativo “alimañas”. Desde 1995 esta práctica está tipificada como delito en el Art. 336 del Código Penal español, acarreando penas de entre seis meses y dos años de cárcel. Sin embargo en Asturias, a pesar de las decenas de episodios de envenenamiento que se conocen en los últimos años, han sido muy pocos casos los que se han podido llevar ante los tribunales.

Hay que recordar que el uso de venenos es una de las amenazas más graves para la fauna salvaje en España. En los años 60 y 70 del siglo pasado el uso de cebos envenenados fue una práctica usual entre ganaderos y cazadores, práctica que poco a poco fue decayendo debido al nuevo ordenamiento jurídico y gracias a las labores de divulgación sobre las perversas consecuencias del uso de venenos en la naturaleza. Sin embargo, en los últimos años se ha detectado un grave y muy preocupante repunte en su uso, retrocediendo a los alarmantes niveles de hace décadas, cuando era una práctica permitida.

La utilización de venenos implica la eliminación indiscriminada de la fauna en general, ya que es de un método no selectivo que afecta a varias especies depredadoras, a carroñeras, a especies omnívoras e incluso a animales domésticos.

Además, es una práctica cruel, que conduce a una muerte lenta y dolorosa por sofocación y parálisis muscular del animal y que altera negativamente la organización de los ecosistemas. Por otro lado, el uso del veneno puede tener repercusiones negativas en los seres humanos, ya que puede entrar a formar parte de la cadena alimenticia.

En definitiva, este método ilegal de control no selectivo causa la regresión (cuando no la extinción) de la fauna, con el agravante de que las principales especies afectadas son muchas veces especies con un estado de conservación muy comprometido. El problema es aún más grave de lo que pueda parecer si tenemos en cuenta que solamente se detecta un pequeño porcentaje de los animales envenenados. La inaccesibilidad de muchos lugares, la falta de un verdadero interés por parte de la administración y otros factores de diversa índole hacen que la mayoría de los cadáveres pasen inadvertidos, minusvalorándose por tanto la gravedad del problema.

Coordinadora Ecoloxista d’Asturies

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