Denunciamos la disparatada contaminación que presento ayer Langreo con los peores datos de contaminación de partículas de Asturias, de acuerdo a los datos oficiales.
La estación de Sama en Langreo presenta una situación “DESFAVORABLE” llegando a alcanzar los 398 µg/m³ de partículas de menos de 10 micras Pm10.
Esta calificación de desfavorable se hace de acuerdo a la comparativa en base al Índice Nacional de Calidad del Aire, publicado en la web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, los datos procedentes de las estaciones de monitorización y comunicados cada hora por las redes de calidad del aire que operan en el territorio nacional, estos datos son complementados, en caso necesario, por datos modelizados procedentes del Servicio de Vigilancia Atmosférica (Sistema de Monitorización de la Atmósfera del Sistema Copernicus – CAMS) de la Unión Europea.
Para las partículas Pm10 la OMS recomienda unos valores límite para partículas de 15 µg/m3 de media anual para las Pm10 y un valor de alerta con una media diaria de 45 µg/m3 para las Pm10, la normativa está 40 µg/m3 de media anual y de 50 µg/m3 para las 24 horas para las Pm10 un máximo de 35 días de acuerdo al RD 102/2011.
A la vez que se dispararon las partículas tambien se incrementó el cancerígeno benceno en esta estación de manera significativa.
En situación desfavorable, de acuerdo a las recomendaciones del Ministerio son “Condiciones de emergencia para la salud pública, la población entera puede verse seriamente afectada” por la contaminación. Hay que recordar que en el entorno de la estación trabajan y viven miles de personas, por eso desde la Coordinadora Ecoloxista llevamos años reclamando que se ponga una estación en el entorno de Ciaño donde hoy se ubica el mayor foco contaminante del concejo.
Los recientes estudios de epidemiología ambiental sobre series temporales (basadas en el estudio y comprensión de la evolución de una variable determinada), demuestran que, las concentraciones de partículas por debajo de los valores de referencia provocan efectos adversos en la salud. Los valores de referencia han quedado superados tras las nuevas revisiones, de manera que ya no es adecuado para asegurar la protección de la salud pública ni de la calidad de vida de la ciudadanía.
Nuestros gobiernos son conscientes de esta situación, pues es imposible eludir un problema crucial a nivel global. Pero hace tiempo que no basta con admitirlo. Es necesario combatirlo. No solo tenemos el derecho de respirar aire limpio, sino que también tenemos la obligación de exigir medidas y planes de renovación que aseguren una mejora en la calidad de nuestras vidas y nuestros ecosistemas.
Coordinadora Ecoloxista d’Asturies
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