Sostenibilidad y conservación son términos ya viejos pero incorporados recientemente a nuestro lenguaje cotidiano. Es una buena noticia. Sin embargo, cuando están en boca de algunos responsables públicos, de determinados empresarios o de los novios de la compatibilidad -otra palabra muy al uso- las más de las veces sólo son adornos literarios sin una proyección de intenciones.
La Cordillera Cantábrica es uno de esos pocos escenarios que ha conservado unos elevados niveles de naturalidad. Este espacio, a caballo de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Castilla y León, alberga unas cifras de biodiversidad llamativamente altas que adornan un territorio espectacular desde el punto de vista paisajístico en el que también los humanos, con su arquitectura y sus costumbres y usos tradicionales, han jugado un relevante papel. El vibrante escenario ambiental de la Cordillera cobra, si cabe, mayor interés por su ubicación en el extremo sur de esta Europa tan poblada e industrial.
Sostenibilidad y conservación son términos ya viejos pero incorporados recientemente a nuestro lenguaje cotidiano. Es una buena noticia. Sin embargo, cuando están en boca de algunos responsables públicos, de determinados empresarios o de los novios de la compatibilidad -otra palabra muy al uso- las más de las veces sólo son adornos literarios sin una proyección de intenciones.
La Cordillera Cantábrica es uno de esos pocos escenarios que ha conservado unos elevados niveles de naturalidad. Este espacio, a caballo de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Castilla y León, alberga unas cifras de biodiversidad llamativamente altas que adornan un territorio espectacular desde el punto de vista paisajístico en el que también los humanos, con su arquitectura y sus costumbres y usos tradicionales, han jugado un relevante papel. El vibrante escenario ambiental de la Cordillera cobra, si cabe, mayor interés por su ubicación en el extremo sur de esta Europa tan poblada e industrial.
Sin embargo, en esta era en que la sostenibilidad y la conservación se hacen, más que necesarias, imperiosas, asistimos a un autentico abordaje de nuestras montañas del norte.
Las explotaciones mineras de pizarras en Ourense, Zamora y Lugo, las de carbón en Laciana, el suroccidente de Asturias y la montaña palentina, los parques eólicos que rompen la armonía y el perfil de buena parte de las altas sierras del norte de León y de Burgos, las canteras que se disgregan por toda la geografía cantábrica, las decenas de embalses a los que se intentan sumar los proyectados en Caleo o Navia de Suarna, o las líneas de alta tensión entre Soto de Ribera y Penagos y entre Sama de Langreo y Velilla del Río Carrión son sólo algunos ejemplos de la alocada explotación que se ha ejecutado y se proyecta en este espacio tan singular.
Esta desfiguración de la Cordillera Cantábrica, ejecutada en paralelo a la desaparición de las economías tradicionales, no ha contribuido al desarrollo de actividades sociales y productivas que atendiesen el legítimo deseo de la población local por mantener habitados los pueblos en que nacieron y vivieron sus antepasados, ellos mismos y sus hijos, lo que se ha traducido en un marcado declive y envejecimiento de la población rural. El modelo insiste en plantear determinados usos y aprovechamientos tremendamente agresivos, intensivos y justificados en la “lógica” del beneficio rápido, a costa del medio natural y de la propia integridad del paisaje.
El proyecto de construir una estación de esquí entre León y Palencia -que se sumaría a las 6 ya existentes desde Alto Campoó a Leitariegos- ha originado una respuesta social quizás sólo equiparable a la que supuso hace ya 25 años el embalse de Riaño. En aquella ocasión las numerosas movilizaciones de nada sirvieron y hoy la presa de Riaño se sigue elevando como un muro de vergüenza que anegó varios pueblos y valles y se llevó la vida de un buen puñado de personas.
Como en una macabra recreación del pasado, a pocos kilómetros de ese embalse, la empresa Tres Provincias, S.A. proyectó hace unos años construir la estación de esquí de San Glorio. No merece insistir en los valores naturales del enclave en cuestión, que no en vano lo han hecho acreedor a un buen número de figuras de protección. La historia también es conocida. Una empresa privada presenta un macroproyecto con la magna promesa de crear cientos de empleos y convertir el paraje en “la Suiza de España”. La administración regional corta a medida la legislación ambiental para amoldar la situación a las necesidades de la empresa, todo ello convenientemente barnizado de los términos sostenibilidad y conservación, y… el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León sentencia, ante el contencioso presentado por la Asociación para la Defensa de los Recursos Naturales de Cantabria, que lo realizado por la Junta de Castilla y León es contrario a derecho.
Sería pretencioso calificar de evidente la decisión judicial, aunque en las entrañas de muchas personas este calificativo estuviese escrito con letras mayúsculas. No por casualidad, contra el proyecto ya se habían manifestado expertos de muchas universidades y organismos nacionales e internacionales, la entonces titular del desaparecido Ministerio de Medio Ambiente, Cristina Narbona, e incluso el Defensor del Pueblo, en un dictamen, recordaba recientemente a la Junta de Castilla y León que sus maniobras de modificación en la legislación apuntaban ilegalidad. Pero el gobierno regional, del PP, con el apoyo de otras fuerzas políticas entre las que destaca el PSOE, siguió adelante como si la cosa no fuera con ellos. Y lo peor de todo es que, no satisfechos con el revolcón judicial -que se suma a lo sucedido en 2007 con la “Ciudad del Golf” y la tala masiva de pinos en Navas del Marqués-, todo parece indicar que, tras la sentencia, se insiste en fabricar las trampas administrativas que permitan seguir con este proyecto.
Igual que el deshielo de las cada vez más escasas nevadas lo hace con nuestros maltrechos ríos, el caudal de reacciones a la decisión judicial ha llenado multitud de páginas en los diarios. Nuevamente asistimos a un baile maniqueo de opiniones y declaraciones que sin rubor reclaman que “es el momento de dar el paso que desde hace unos meses se estaba planteando y es que se inicie la estación de esquí de San Glorio por la vertiente leonesa que no tiene ningún tipo de protección”, o que “El TSJ veta San Glorio y abre la puerta a un proyecto sólo leonés”.
El pasado 29 de abril, apenas un mes después de conocida la sentencia, los tres partidos políticos con representación en las Cortes de Castilla y León -PP, PSOE y Unión del Pueblo Leonés- aprobaban por unanimidad una enmienda por la que se comprometían a apoyar la construcción de la estación de esquí “en el ámbito territorial que determinen los promotores del proyecto”.
El sincero y decidido respeto hacia todas las personas que viven en Boca de Huérgano, en Llánaves de la Reina o en Velilla, implicaría de nuestras administraciones, la estatal y la autonómica, que todo el esfuerzo y el dinero comprometido para este absurdo e interesado proyecto urbanístico, revertiera en diseñar un plan de desarrollo, en promover y financiar iniciativas acordes con la realidad de la vida en la Cordillera Cantábrica, para esos pueblos, pueblos cargados de historia y de personalidad propia, y para las gentes que deseen seguir habitando la montaña sin que ello pase por la destrucción de los valores naturales.
Pero ese interés no está en las agendas de unos gobernantes que sin embargo se demuelen la cabeza para encontrar huecos en la legislación por los que colar sus intereses. El mismo día que se aprobaba la enmienda mencionada, las Cortes de Castilla y León rechazaban constituir una mesa para la elaboración de un plan de desarrollo integral sostenible en la comarca amenazada por el proyecto de San Glorio…
Con la sentencia debiera haberse cerrado definitivamente este lamentable episodio. El texto de la misma es todo un llamamiento a la razón y un apercibimiento para el cumplimiento de la legalidad, en su más amplio sentido, hacia los espacios naturales protegidos y lo que significan esas palabras; un llamamiento a las responsabilidades adquiridas y de las que los gobernantes no pueden despojarse a su antojo. Por todo ello, la sentencia sobre San Glorio no es sólo una decisión judicial, es también una invitación a asumir unos principios inspirados, esta vez sí, en la sostenibilidad y la conservación.
Aunque algunos insistan neciamente, rozando el desacato, este cuento tiene que acabarse.
Mayo de 2008
Relación de entidades firmantes
Castilla y León
ASOCIACIÓN DE DEFENSA DE LA NATURALEZA “URZ”
ASOCIACIÓN DE NATURALISTAS PALENTINOS
ECOLOGISTAS EN ACCIÓN DE CASTILLA Y LEÓN
PLATAFORMA PARA LA DEFENSA DE SAN GLORIO
Cantabria
ASOCIACIÓN DE DEFENSA DE LOS RECURSOS NATURALES CANTABRIA -ARCA-
Galicia
ASOCIACIÓN PARA A DEFENSA ECOLÓXICA DE GALIZA – ADEGA –
Principado de Asturias
COORDINADORA ECOLOXISTA D’ASTURIES
Entidades de ámbito nacional
ECOLOGISTAS EN ACCIÓN
PLATAFORMA PARA LA DEFENSA DE LA CORDILLERA CANTÁBRICA
REDMONTAÑAS