El 5 de junio de cada año, coincidiendo con la fecha de inicio de la Conferencia de Estocolmo de 1972, los grupos ambientales, ecologistas y conservacionistas de Asturias nos reunimos para celebrar conjuntamente el Día Mundial del Medio Ambiente eligiendo cada año una problemática ambiental para su debate y reflexión y escogiendo para su realización un lugar donde la población local esté movilizada por esta causa. Este año la temática de la jornada es el impacto ambiental de la minería y se celebra en La Collada en Siero, a cuyos habitantes comprometidos contra la minería agradecemos su acogida como anfitriones y a quienes deseamos ánimo para continuar, al igual que a los habitantes de otras zonas de Asturias que comparten este problema.
La industria minera es claro ejemplo de una concepción de economía lineal que es ecológica y socialmente insostenible porque asume un planeta irreal de recursos infinitos e inagotables y omite la problemática de los residuos. La industria extractiva confronta como competidora a las actividades de reutilización y reciclaje de la economía circular sostenible en la que los residuos entran de nuevo en el ciclo económico como materias primas evitando o reduciendo la necesidad de extraer nuevas materias del medio natural. No negamos la importancia de obtener minerales para cubrir necesidades humanas, pero también sabemos que existen otras formas de obtenerlos como son la recuperación y el reciclaje industrial, pues solo a partir de los residuos de baterías, de vehículos y de aparatos eléctricos y electrónicos se podrían cubrir el 5814% del cobre, el 137% del oro, el 61% del neodimio, el 63% del níquel o el 31% del disprosio, y eso sin contar con otras fuentes de metales ni, para el caso del oro, con las reservas en forma de joyas o destinadas a joyería y las almacenadas en los bancos.
La extracción de recursos no renovables, como son todos los minerales, nunca podrá ser sostenible por mucho que se empeñen los departamentos de publicidad de las empresas mineras, por el contrario, la insostenibilidad de esta actividad se está incrementando ya que al haber sido explotados los yacimientos de mayor riqueza mineral la concentración de metales en las minas es cada vez menor y, por tanto, mayores son los residuos generados, hasta el punto de que en la Unión Europea la minería es la segunda gran fuente de residuos.
Asturias es una comunidad de fuerte tradición minera, y si bien es cierto que esta actividad generó empleo y riqueza económica en el pasado también lo es el enorme coste que tuvo en vidas humanas y en degradación ambiental y hoy ya no se puede seguir cediendo al chantaje de los puestos de trabajo porque, entre otras razones, existen numerosos trabajos socialmente necesarios que se pueden impulsar y que, en muchos casos, son incompatibles con la minería.
Actualmente hay en nuestra comunidad canteras y minas en activo que llevan mucho tiempo alterando la vida de la población del entorno y generando afecciones al medio natural. También hay numerosos proyectos esperando los permisos de la autoridad competente. Entre ellos está el del lugar en el que nos encontramos hoy, la ampliación de la mina de fluorita de la Viesca en La Collada, así como los de otras localidades como Llera en Grao, Priorio en Oviedo, Naraido en San Tirso de Abres, Paredes y Barcia en Valdés, Salave en Tapia de Casariego, Gillón en Cangas de Narcea, o los previstos en Las Regueras, Ribadedeva y Llanes.
Es inaceptable el actual marco legal de la minería, que en España, goza todavía de los privilegios legales derivados del favoritismo de la pasada dictadura que sufrimos en este país. La vigente Ley de Minas es aún la de la dictadura franquista y otorga supremacía a la explotación minera por encima de los derechos y libertades personales, la protección ambiental y la ordenación urbanística.
Peor aún, resulta alarmante e inaceptable la actual desregulación legal que estamos sufriendo, con la excusa de una guerra en otro país, para impulsar otra vez la economía tras la enésima crisis de un sistema económico que ni busca garantizar las necesidades, los derechos y las libertades de las personas ni es sostenible por fundamentarse en la ideología de un crecimiento infinito que es imposible en un planeta finito. El viernes 3 de diciembre de 2021 se publicó la Ley del Principado de Asturias 4/2021 de Medidas Administrativas Urgentes por la que los sondeos mineros entre otras actividades dejan de someterse a evaluación de impacto ambiental y pasan a ser consideradas inofensivas.
No finalizar sin mencionar, aunque sea brevemente, otros de los muchos problemas ambientales de Asturias. Los recortes, que van mucho más allá de lo mencionado, en la protección ambiental, urbanística y la salud. La connivencia de los políticos con grandes empresas a quienes se les permiten impunemente atentar contra la salud y el medio ambiente. La proliferación de eucaliptos y la ausencia de dinero destinado a estudiar y proteger las especies autóctonas amenazadas mientras se dedican los pocos recursos que hay a introducir otras especies, a pesar de la larga carencia de un centro de recuperación de fauna digno y una guardería ambiental con preparación y medios. La pervivencia de la ganadería intensiva que normaliza el maltrato animal y la legalización de las harinas animales que atenta contra la salud de las personas.
Hoy nos reunimos aquí para denunciar una minería que desdeña su impacto ambiental y social, y manifestar nuestra preocupación por éste y todos los demás problemas ambientales que sufrimos en Asturias, pero más allá de la crítica queremos hoy dar luz a la esperanza porque defendemos que hay alternativas a este sistema económico que atenta contra la vida, solo hace falta voluntad para cambiarlo y esperamos que el día de hoy sirva de ánimo para seguir luchando por un mundo mejor.
