El Principado autoriza a HUNOSA investigar el almacenamiento geológico de CO2

La Coordinadora Ecoloxista considera un despropósito que la Consejeria de Economía y Empleo del Principado haya autorizado los 2 proyectos de investigación geológico de dióxido de carbono (PICO2), presentadas por Hunosa al amparo de la disposición transitoria segunda de la Ley 40/2010, de 29 de diciembre, al que habíamos alegado:
– C02-2 de 82.777 hectáreas en las cuencas minera de nombre Cuenca que ocuparía los concejos de Mieres, Lena, Aller, Langreo, San Martín, Laviana, Riosa, Morcin, Ribera de Arriba, Quiros, Bimenes
– C02-4 de 25.009 hectáreas de nombre Oeste que ocuparía los concejos de Corvera, Gijón, Illas, las Regueras, Oviedo, Llanera, Siero)
El dióxido de carbono (CO2) es uno de los gases de efecto invernadero que contribuye en mayor medida al cambio climático causado por el hombre y las concentraciones atmosféricas de CO2. Es evidente el problema tan grave como es el cambio climático sobre el existe un consenso científico, casi generalizado, en torno a la idea de que nuestro modo de producción y consumo energético está generando una alteración climática global, que provocará, a su vez, serios impactos tanto sobre la tierra como sobre los sistemas socioeconómicos y sobre nuestra salud.

La Coordinadora Ecoloxista considera un despropósito que la Consejeria de Economía y Empleo del Principado haya autorizado los 2 proyectos de investigación geológico de dióxido de carbono (PICO2), presentadas por Hunosa al amparo de la disposición transitoria segunda de la Ley 40/2010, de 29 de diciembre, al que habíamos alegado:
– C02-2 de 82.777 hectáreas en las cuencas minera de nombre Cuenca que ocuparía los concejos de Mieres, Lena, Aller, Langreo, San Martín, Laviana, Riosa, Morcin, Ribera de Arriba, Quiros, Bimenes
– C02-4 de 25.009 hectáreas de nombre Oeste que ocuparía los concejos de Corvera, Gijón, Illas, las Regueras, Oviedo, Llanera, Siero)
El dióxido de carbono (CO2) es uno de los gases de efecto invernadero que contribuye en mayor medida al cambio climático causado por el hombre y las concentraciones atmosféricas de CO2. Es evidente el problema tan grave como es el cambio climático sobre el existe un consenso científico, casi generalizado, en torno a la idea de que nuestro modo de producción y consumo energético está generando una alteración climática global, que provocará, a su vez, serios impactos tanto sobre la tierra como sobre los sistemas socioeconómicos y sobre nuestra salud.
Asturias es la región de Europa con mayor producción de C02 por habitante, la mayoría producida por la quema de carbón de importación en las térmicas asturianas. En una región que representa el 7,8 de las emisiones totales de CO2 de España, mientras que la población solo representa el 2,5% y el PIB el 2,18, hay un claro desfase contaminante, producida por nuestra excesiva especialización en quemar carbones de importación para producir electricidad para otras regiones, quedándonos nosotros con los impactos ambientales de la producción y del transporte de estas peligrosas actividades.

Los proyectos de almacenamiento subterráneo como los que se van iniciar su investigación conllevan unos riesgos importantes para el futuro de Asturias por sus impactos asociados:

– No sabemos cuánto tiempo puede permanecer el CO2 almacenado en el subsuelo sin peligro.

– Los lugares de almacenamiento deben ser controlados, pero esto será más difícil si el almacenamiento geológico está bajo el mar, especialmente en caso de un accidente. Sin embargo, una filtración lenta que sucediera a una cierta distancia del sitio de la inyección sería mucho más duro o casi imposible de discernir. Los impactos biológicos causados por la liberación de CO2 en el ambiente marino podrían ser devastadores. Un escape mataría los organismos que no pueden escapar, disolverse los esqueletos de carbonato de los moluscos, los corales o específicamente el plancton, que está en la base de la cadena alimenticia marina, con consecuencias potencialmente catastróficas

No es de recibo que el Principado que viene consintiendo que las empresas emisoras trabajen en una evidente precariedad ambiental con emisiones por encima de la normativa vigente desde hace muchos años, quiera defender el cumplimiento de Kyoto y a la vez que se den mas derechos de emisión a quiénes ya incumplen de manera clara estos niveles y el actual marco de emisiones atmosféricas.

No es de recibo que tengamos la peor calidad del aire de España ya que todas las estaciones automáticas de control del aire allí donde están puestas superan con creces los umbrales de contaminación en partículas. No podemos olvidar que las emisiones de CO2 asturianas de las 27 instalaciones con asignación de derechos, son producidas en 71% por las térmicas eléctricas, un 21% por las instalaciones siderurgias y fundición y un 8% por ciento del resto (fuente registro Eper).

Es un sinsentido esta doble moral del Principado en favorecer seguir contaminando con total impunidad y después esconder parte de esa contaminación como si esta no existiera con los riesgos que conlleva.

Coordinadora Ecoloxista d’Asturies
Para más información Tfno. 629892624 (Fruti)