El peligro de incinerar residuos industriales en cementeras

 La Coordinadora ha preguntado al Principado y al Ayuntamiento qué estudios avalan la inocuidad del uso de residuos industriales como combustibles en  la Cementera Tudela Veguin en Carreño, actividad que se pretender iniciar en breve sin responder a las alegaciones que habíamos presentado contra estas practicas muy cuestionadas en otros lugares.

No podemos olvidar que los hornos de cemento, por las condiciones de su operativa (bajo nivel de exceso de oxígeno, altos valores de monóxido de carbono, estabilidades periódicas de las condiciones de combustión con emisiones fugitivas y picos de monóxido de carbono, etc.), no son los lugares más adecuados para incinerar residuos peligrosos.

 La Coordinadora ha preguntado al Principado y al Ayuntamiento qué estudios avalan la inocuidad del uso de residuos industriales como combustibles en  la Cementera Tudela Veguin en Carreño, actividad que se pretender iniciar en breve sin responder a las alegaciones que habíamos presentado contra estas practicas muy cuestionadas en otros lugares.

No podemos olvidar que los hornos de cemento, por las condiciones de su operativa (bajo nivel de exceso de oxígeno, altos valores de monóxido de carbono, estabilidades periódicas de las condiciones de combustión con emisiones fugitivas y picos de monóxido de carbono, etc.), no son los lugares más adecuados para incinerar residuos peligrosos.

El proyecto inminente de usar residuos, empeoraría los graves problemas que ya  padecen los vecinos con las emisiones del aire. No podemos olvidar que la planta está ubicada en Carreño, que es el municipio asturiano con más concentración de instalaciones industriales contaminantes.

 

Nos oponemos al uso de algunos residuos industriales  como combustible, como el caso de los neumáticos. Es inaceptable dados los elevadísimos niveles de contaminación que se generan en ese proceso y que toda ella se va quedar en el proceso del clinker. Recordamos que Asturias produce al año unas 6.000 toneladas de neumáticos usados, aquí se pretenden quemar 15.000 toneladas/año, con lo que resulta evidente que se quiere importar residuos de otras comunidades.

 

Es además de sobra conocido las posibilidades de reutilización de los neumáticos (acero, caucho) como materia prima para multitud de otros procesos: asfaltado de carreteras, productos de goma, suelos de polideportivos y parques infantiles. Sería lamentable quemar un recurso re-utilizable.

 

Todos los procesos de incineración se sintetizan nuevas sustancias por las complejas reacciones químicas que tienen lugar en los procesos de oxidación. Algunas de esas nuevas sustancias pertenecen a la “docena sucia” de sustancias que son consideradas contaminantes orgánicos persistentes, reguladas por el Convenio de Estocolmo (2001). Algunas de ellas son las dioxinas y furanos, los hexaclorobencenos o los bifenilpoliclorados

 

En el caso de usar neumáticos, hay que recordar que genera productos contaminantes,  alguno  muy perjudiciales para la salud humana,  Xileno,  Hollín,  Benceno, Fenoles, Óxidos de plomo, Tolueno. Se  generará unas emisiones significativas (desde la perspectiva de salud y medioambiental) de PAH (hidrocarburos aromáticos policíclicos) y de Benceno con demostrados efectos cancerígenos ambos, y probables alteradores endocrinos. Son elementos muy volátiles por lo que escapan con facilidad a las técnicas de filtrado de gases. Dado que pueden ocasionar perdida de salud también a bajas dosis, así como su presencia ubicua en alimentos y suelos, representan un serio problema de salud pública.

 

Un segundo grupo de contaminantes emitidos se centra en las micro partículas y los óxidos de plomo y de zinc. Si bien estos metales son elementos poco volátiles, con la presencia de cloro en el horno se pueden generar cloruros de plomo y de zinc, sustancias estas más volátiles y por tanto con una presencia significativa en las emisiones. Además para el caso del plomo se acepta como demostrada su acción como disruptor endocrino, por lo que dada su extrema ubicuidad en el medio, habríamos de partir de que no existen límites seguros. Respecto del zinc además de su afectación a la salud, su mayor riesgo en procesos de combustión con presencia de cloro es que actúa como catalizador en la generación de dioxinas.

Sorprende el uso de otros residuos como materia primas, por los riesgos que conlleva y por la falta de lógica industrial estos procesos; así tenemos

          Las barreduras de mineral de hierro como otra materia prima, cuando existe una nueva  planta en Solís en Corvera de Aglomeración de Subproductos que la podría utilizar como materia prima.

          El jarofix, cuando AZSA tiene el compromiso de su reutilización en procesos de construcción.

Resulta evidente que si se queman residuos industriales en la cementera de Aboño, se va producir una  afección a la salud humana de los habitantes próximos a las fábricas de cemento. Hay un una abundante literatura científica sobre diversas afecciones a la salud humana de poblaciones que residen en las proximidades de instalaciones de incineración de residuos. Esta se sitúa al lado de los núcleos de Aboño, Empalme, Xivares y no lejos de los de Perlora, Candas, Gijón.

A pesar de las bondades que cantan la cementera y los sindicatos que apoyan esta peligrosa práctica, no conocemos ningún estudio epidemiológico que demuestre que la salud de los residentes en las proximidades de una fábrica de cementos que incineren residuos durante largos años no se ha visto resentida por ese hecho.

No podemos aceptar que una planta de producción de cemento que ya tiene graves problemas ambientales en su proceso y que pretende duplicar su tamaño se convierta en una  planta de tratamiento de residuos industriales con los riesgos que suponen para los colindantes estos materiales y sus tratamientos, todo para abaratar costes a cuenta de la salud de los colindantes.

Coordinadora Ecoloxista d’Asturies

Para más información tfno. 629892624 (Fruti)